top of page

ARTE ROBÓTICO

 

El término arte robótico, según Rodrigo Alonso (2011), surge alrededor de la década del 60 a partir del concepto de robot acuñado en  la década del 20, que hace alusión a una confluencia entre la máquina y el ser humano, cruce entre lo mecánico y la humanidad.

 

Está ligado al arte cibernético y a la ciencia cibernética de la década del 40,  que influye fuertemente en la producción artística de la época a través del pensamiento de un posible arte autónomo con comportamientos robóticos que pueda  interactuar con el espectador de una manera particular.

 

Se traslada primero al teatro, en una obra de la década del 20, en la que aparece por primera vez un ser conformado en el cruce entre lo mecánico y lo humano. Luego se traslada a la literatura de ciencia ficción y con posterioridad al  terreno del arte y la producción artística basada en la tecnología.

 

La robótica es una de las ramas del arte tecnológico más frecuentados hoy día en el sentido de pensar la relación entre arte y tecnología. Nos habla de las posibilidades que tiene la tecnología más sofisticada de producir obras autónomas con comportamiento ligado a la propia funcionalidad del ser humano y del mundo industrial en el que vivimos.

 

En el arte latinoamericano contemporáneo aparece la producción tecnológica como ámbito de investigación que involucra ciertos estudios de diseño científico e ingenieriles que permiten a los artistas experimentar conceptos ligados a ideas de comportamiento, de comunicación  y control.

 

Cada artista explora la robótica de forma particular, desarrollando estrategias que frecuentemente hibridizan a los robots con otros medios, sistemas, contextos y/o formas de vida.

 

Algunos  artistas introducen la robótica como un nuevo medio de creación al mismo tiempo que desafían a nuestra comprensión de lo que es un robot, cuestionando nuestras premisas en la concepción, construcción y utilización de estas criaturas electrónicas. La relación del público con robots de diferentes tipos, mezcla de fascinación y temor, implica en aspectos emocionales, políticos y sociales inexplorados, particularmente aquellos comprendidos en el contexto del arte contemporáneo. El arte de robótica introduce el problema del modelaje del comportamiento (el arte crea no sólo una forma sino un comportamiento) y torna posibles situaciones interactivas sin precedentes en espacios físicos o telemáticos (el objeto percibe al espectador y el ambiente).

 

La producción robótica dentro del arte se hace generalmente a través de  grupos de trabajo que involucran a artistas, diseñadores,  ingenieros, quienes recurren a tecnologías sofisticadas para producir las obras.

 

Generalmente el arte robótico tiene una relación particular con el espectador, porque involucra ciertas actividades que se relacionan íntimamente con las actividades humanas, se reconocen en lo robótico  ciertos  comportamientos que copian algunas características del ser humano.

 

La relación del espectador con el robot es diferente a la relación que tiene con otras máquinas. En general hay relaciones que tienen que ver con lo especular, con la identidad, con  la sintonía emocional y física, con estas máquinas que se comportan como seres humanos y eso hace que los  niveles  de interacción sean más fuertes. De todas maneras no necesariamente se da la interactividad con las personas en el arte robótico. Algunas veces tienen otros niveles de interactividad, otros  funcionamientos  o comportamientos.[1]

bottom of page